Fitoestrógenos
utilizados en el tratamiento de síntomas post-menopáusicos
El "síndrome
climatérico" afecta a las mujeres en la transición a la menopausia, por el
impacto negativo que ejerce en la calidad de vida. El médico debe encontrar
soluciones seguras y eficaces que alivien estos síntomas. Si observamos a las
poblaciones femeninas asiáticas (sobre todo japonesas) vemos que ellas
presentan baja incidencia de síntomas menopáusicos, baja incidencia de cáncer
(mama, colon y endometrio) y de enfermedades cardiovasculares (ECV). Asimismo
gozan de una mayor expectativa de vida.
Ello obedece a múltiples
factores: étnicos, socioculturales y nutricionales. La dieta oriental contiene
poca grasa saturada, mucha fibra y un alto contenido en fitoestrógenos (FES).
Los FES son sustancias activas contenidas en diversas plantas (Cimicifuga racemosa,
Trifolium pratense o trébol), cereales (granos de trigo, semillas de lino),
frutas y legumbres (garbanzos, porotos).
Su acción se ejerce a través de
principios activos (isoflavonas, lignanos) que tienen actividad antimicrobiana,
anticarcinogenética y antiinflamatoria, y en algunos casos se comportan como
hormonas (estrógenos) o serm´s (por su acción agonista/antagonista
estrogénica).
Estudios comparativos de
poblaciones diferentes (japonesas y canadienses) permiten observar: menor
incidencia de síntomas climatéricos (sofocos, sudores nocturnos, nerviosismo,
insomnio, irritabilidad y otras alteraciones de la esfera psicoafectiva), en
mujeres orientales que ingieren dietas con alto contenido en FES. Asimismo, las
mujeres asiáticas tienen menor incidencia de osteoporosis (OP) y menor
incidencia de fractura de cadera.
Los síntomas vasomotores (SVM)
del climaterio comprenden una gran variedad de molestias, de las cuales el
sofoco es la más característica y frecuente. Se suele acompañar de sudoración
profusa nocturna y, por consiguiente, afectación de la calidad del sueño e
incapacidad para convivir con los síntomas psicoafectivos.
Los tratamientos propuestos
durante décadas han sido numerosos y diversos: sedantes, tranquilizantes,
extractos ováricos, vitamina E, aminoácidos, entre otros, y actualmente
hormonas (Terapia de Reemplazo Hormonal = TRH).
Sin embargo, muchas mujeres no
pueden, no deben o no desean recibir hormonas o no responden adecuadamente a
dichos tratamientos hormonales (TRH), por lo cual los FES se convierten en una
valiosa opción terapéutica "alternativa y/o complementaria".
El uso de fitomedicinas,
conocidas desde antiguo, disfruta de un renacimiento en su aplicación en los
´90. En Europa y en algunas naciones no europeas industrializadas, se venden
bajo las mismas regulaciones de otras drogas y se rigen por la mismas normas de
farmacovigilancia. El uso de fitomedicinas ha sido largamente aceptado por la
mujer y los médicos debido a su eficacia e inocuidad. El 42% de las mujeres
peri o postmenopáusicas las usan (estudio de Gothemburg) y el 20% de las
mujeres de 50-55 años alguna vez las usaron (Hammar).
La Cimicifuga racemosa (CR) o
black cohosh, ha sido utilizada desde épocas antiguas por los aborígenes
norteamericanos y canadienses, contra una variedad de enfermedades de la mujer.
Ampliamente estudiada, sobre todo en Alemania, los experimentos han demostrado
su eficacia, ejercida a través de principios activos capaces de unirse al
receptor estrogénico (RE) y progestínico (PR) celular, con marcadas diferencias
en la bioactividad.
Por otro lado, disminuyen la
intensidad y frecuencia de los pulsos de LH (hormona luteinizante), vinculados
a la aparición de SVM en la menopausia. Una publicación del Karolinska
Institute demostró que los FES, incluyendo genisteína, coumestrol y
zearalenone, estimulan la actividad transcripcional de ambos subtipos de RE
(alfa y beta), lo que demuestra una significativa potencia estrogénica,
disparadora de respuestas biológicas que evocan la de los estrógenos humanos.
Los FES tienen un estructura
química semejante a la de los estrógenos: los FENILNAFTALENOS, con gran
capacidad de unirse al RE (sobre todo al beta). Se absorben como glucósidos y
se metabolizan en intestino a su forma activa: aglicanos. Tienen una bioactividad
muy baja -comparada con la del 17B estradiol- en células de cáncer endometrial
humano y débil afinidad con la SHBG (globulina transportadora de esteroides).
Ejercen actividad inhibitoria enzimática, sobre todo en la familia de las TPK y
de la DNA topoisomerasa, (por lo tanto actúan sobre los factores de
crecimiento) supresión de angiogénesis y efectos antioxidantes.
Los FES son compuestos
difenólicos de distintos tipos bioquímicos, de los cuales genistein y daidzen
son las isoflavonas más conocidas. La CR actúa en parte por su contenido en
isoflavonas. Vorberg (1984) demostró el efecto beneficioso de la CR a 12
semanas de tratamiento, en el alivio de SVM, estado de ánimo y mejoría clínica
general.
Einer-Jensen (1996) demostró
experimentalmente la ausencia de efectos útero y vaginotrófico, en tanto Stolze
(1982) comprobó -en una población de 704 mujeres tratadas con CR- que el 80%
evidenció mejoría de SVM y psicológica.
El estudio de Daibar, comparativo
con EEC, mostró una mejoría clínica estadísticamente significativa (p = menor
de 0.001). Otros estudios demuestran la eficacia de CR cuando se administra en
mujeres jóvenes ooforectomizadas (Lehman-Willembrock) y el efecto potenciador
del tamoxifeno en inhibición de la proliferación de células de cáncer de mama
(Murray) lo que convertiría a la CR en una excelente opción en el tratamiento
del síndrome climatérico en mujeres con historia personal de cáncer de
mama.Asimismo, su capacidad de desplazar al estrógeno de su RE en endometrio,
permite administrarlo sin necesidad de oposición progestínica.
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